jueves, 8 de mayo de 2008

CARPE DIEM

Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
fienm di dederint, Leuconoe, nec Babilonios
temptaris numeros. Ut melius quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrenum, sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.”

Horacio, Odas, I, 11, 8

No busques el final (sacrílego saberlo) que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses, oh Leuconoé, ni interpretes los cálculos babilonios.
¡Mejor sufrir lo que venga!
Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos,
o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra las rocas de los acantilados,
sea el último;
pero tú has de ser sabia, y, entre tanto, filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza.
Mientras estamos hablando, el tiempo, envidioso, se nos escapa: aprovecha el día de hoy, y no pongas nunca tu fe ni tu esperanza en el día de mañana.

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