Estabamos viviendo en una gran mentira, por encima de nuestras posibilidades, instalados en la avaricia y la codicia.
Ahora hay que tomar tierra. Volver a lo esencial.
Recuperar la austeridad como modo de vida.
Reconocer el valor de las cosas, apreciar el esfuerzo necesario para obtenerlas y tener la disponibilidad de ánimo de conservarlas.
Adecuar las necesidades de cada uno a los parámetros de la normalidad.
Vivir según las propias posibilidades.
Poner cada cosa en su sitio.
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